Carlos Folgueira, más conocido como «Fogui», siempre ha sido una persona crítica con gran interés por lo social y una enorme pasión por la literatura, especialmente la novela negra y el thriller. Por eso, su ópera prima, Las mil y una amnesias, parece simplemente el resultado lógico de los conocimientos adquiridos en sus lecturas y de la atenta observación de la realidad.
Al estilo de Irvine Welsh, uno de los mejores y más subversivos cronistas del siglo XX, Fogui intenta retratar de forma realista la sociedad actual a través de la mirada de unos personajes jóvenes, marginados y conflictivos, que buscan aún su verdadera identidad. Para acercarnos mejor a ellos, el autor utiliza un lenguaje coloquial y directo, con grandes dosis de humor negro, que se acopla perfectamente a cada uno de los personajes de la historia.
El libro alterna las voces y las historias principales de los protagonistas para dar lugar a una narración en la que se mezclan sentimientos, adicciones, reflexiones, intereses económicos y complicados lazos familiares que definen el carácter de los personajes y la verdadera trama de la historia.
Una de las peculiaridades del libro es su estructura abierta, con distintas posibilidades de lectura sugeridas al comienzo de la obra por el propio autor, que permiten la lectura del tirón (en orden lógico: prólogo-novela-epílogo), alternando las distintas partes del libro (con tres posibilidades: epílogo-novela-prólogo ; novela-epílogo-prólogo ; prólogo-epílogo-novela) o incluso alternando los distintos capítulos de la novela que, para facilitar esta última lectura, corresponden a los días de la semana en los que transcurre la acción y han sido hábilmente divididos en los colores rojo y negro (Lunes Negro/ Lunes Rojo).
Tanto la estructura como la temática del libro son un reflejo de la filosofía “punk” del autor: “sigue tus propias reglas”. Con esto quiero recordar que, a pesar de ser originario de los años 70, el género musical «punk» está más vivo que nunca hoy en día. La desigualdad social que denunciaban Los Sex Pistols (“No hay futuro”) y que imperaba hace 50 años no sólo sigue existiendo, si no creciendo de manera evidente en determinadas clases sociales y barrios de todo el mundo. Precisamente la denuncia social avivada por la infinidad de problemas del momento fue la mecha que encendió la llama del punk, y lo que la mantiene encendida hoy en día.
Volviendo al libro, aunque encontramos el prólogo y algunas partes en primera persona, durante la novela propiamente dicha el autor hace uso de un narrador omnisciente en tercera persona que le da la oportunidad de contar la historia desde un papel de demiurgo (es decir, un narrador que conoce todas las acciones pasadas y futuras de los personajes así como sus pensamientos y sus deseos) y plantear algunas cuestiones incómodas que afectan a la realidad en la que viven los personajes como, por ejemplo, la deshumanización del individuo en la sociedad capitalista, los valores de la familia tradicional, los problemas de identidad sexual, la drogadicción o el significado del pecado en una Iglesia corrupta.
Así, “Las mil y una amnesias” funciona como una interesante crónica de la sociedad española capitalista del S. XXI (Ellos dicen mierda, nosotros amén) y también como un libro de ficción sin mayores ambiciones que la de resultar entretenido para el lector.
De esta forma, Fogui despoja su producción literaria de cualquier pretensión y en este sentido también revela otra incógnita que plantea el libro a través de uno de los protagonistas y del propio narrador: qué significa ser escritor.
Incógnita metaliteraria que deberá resolver el lector, como no puede ser de otra forma, leyendo la novela (ya disponible en Amazon, Casa del Libro y otras plataformas) y sacando sus propias conclusiones.
Desde Odisea Cultural, os recomendamos esta novela de ficción fluida, emocionante y cargada de significados ocultos, y por supuesto, felicitamos a Fogui por su primera publicación, y agradecemos formar parte de ella.
Reseña: Esther Lapeña
Obra: Las mil y una amnesias, Fogui, Ed. Mirahadas, 2022.
Esther Lapeña (Madrid). Editora, poeta y artivista. Licenciada en Filología Hispánica en la UAM. Asociada a la Red de Arte Joven de la Comunidad de Madrid de 2006 a 2009. Ha participado en varias antologías poéticas y colabora asiduamente en distintas revistas. Co-fundadora y editora (junto a Nuria Rovira, Javier Gil y Lara Osorio) de un precioso fanzine de marcado carácter vanguardista llamado 13 Trenes, en homenaje al poema “Carta de noche a Carlos” de Eduardo Chicharro, que se publica desde 2006 hasta el año 2014, fecha en que el grupo se desintegra definitivamente. En el año 2016 comienza a colaborar con Ediciones Paralelo como lectora de contenidos, y desde finales de ese mismo año, dirige este proyecto propio, llamado Odisea Cultural, consistente en una página web y una revista de carácter digital. En 2022 ha publicado el poemario “Vulváfora” en la editorial zaragozana Libros del Innombrable.