A finales del pasado mes de Junio se inauguró en el Museo Guggenheim Bilbao una exposición retrospectiva de Yoshitomo Nara, con obras del artista japonés que representan su producción durante cuarenta años plasmada en distintas técnicas: dibujo, pintura, escultura e instalación.
La muestra, compuesta por ciento veintiocho piezas procedentes de museos y colecciones privadas de todo el mundo, se presenta estructurada bajo seis epígrafes: En busca de lo que faltaba, Aquí tengo todo lo que necesito, Tras el terremoto, Pensar en silencio, Bajo el cielo brumoso, Dibujando líneas y defendiendo la paz.
Es preciso para entender el proceso y desarrollo de su trayectoria artística detenerse en una de sus instalaciones, My Drawing Room (Mi habitación de dibujo) se trata de una modesta casita japonesa, que reproduce el hogar que habitó hasta la adolescencia, en su interior se encuentra el espacio en el que dibujaba con los dibujos esparcidos por el suelo, muñecos y postales antiguas, así como sus fetiches y referentes.
A través de las distintas obras expresa sentimientos, ideas, establece principios, en especial con las Nara Girls, imágenes de niñas enfadadas de grandes ojos fascinantes y amenazadores, que miran al espectador cuestionando su actitud ante la soledad, la injusticia, la crueldad que sufren las personas, sobre todo las más vulnerables, como los niños.
Yoshitomo Nara nace el 5 de diciembre de 1959 en Hirosaki, en la prefectura de Aomori, sus padres tienen largas jornadas de trabajo, y él pasa mucho tiempo solo en casa al regresar del colegio. Los animales de su entorno le hacen compañía. Le gusta diseñar y lo hace en cualquier papel que encuentra, construye su propia radio de galena de la época y comienza a escuchar emisoras de radio nocturnas, capta su atención la música rock de Bob Dylan, la punk de Jimi Hendrix, y en especial la que denuncia la violencia en melodías cuyas letras son un alegato contra de la guerra de Vietnam. Además de la música, los cómics y los libros ilustrados son su refugio.
En 1979 se matricula en la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad de Arte Musashino. Dos años más tarde, debido a las dificultades económicas, abandona la Universidad de Arte de Musashino y se matricula en el Departamento de Pintura al Óleo de la Universidad de las Artes de la Prefectura de Aichi, porque las tasas de matriculación son más bajas. Se siente atraído por el movimiento de la Nueva Pintura, además del óleo, y comienza a utilizar otros materiales como medio de expresión: dibujo, collage, escultura, con diferentes soportes que van desde el lienzo, el papel, el cartón, la madera o el algodón, hasta el plástico.
En 1985 se gradúa en la Universidad de las Artes de la Prefectura de Aichi y continúa cursando allí un máster hasta 1987. A continuación se traslada a Alemania para cursar estudios en la Kunstakademie de Dusseldorf, finalizando este aprendizaje en 1993. Viaja a Colonia donde fija su residencia y monta su estudio, está decidido a vivir para y del Arte.
Siente de nuevo la soledad de su infancia, pero poco a poco va alcanzando su objetivo y pronto recibe el encargo de dibujar un cartel para la película infantil sueca “Lotta se va de casa”, basada en un libro de Astrid Lingren. Realiza varias colaboraciones con músicos y escritores y también es invitado para trabajar como profesor en la Universidad de California en Los Ángeles (EEUU). En el año 2000 regresa definitivamente a Japón y adquiere un estudio en Tokio, donde prioriza la pintura sobre otras técnicas.
La obra de Yoshitomo Nara tiene origen en el Art Pop japonés de los años noventa del pasado siglo. Sus temas son a la vez beligerantes e ingenuos, en ellos aparecen niñas fundamentalmente, en algunas ocasiones animales, que mantienen una actitud indignada reflejada en su mirada, a veces subrayada por los objetos que portan, incluidas las armas.
En sus figuras se aprecia la influencia del manga, dibujándolas con rasgos de caricatura que consiguen mezclar la inocencia y la maldad humana, haciendo una llamada a la reflexión.
Yoshitomo Nara, junto con Yayoi Kusama y Takashi Murakami, forma parte del movimiento artístico Superflat, el cual surgió de la cultura japonesa y se caracteriza por una crítica incisiva al consumismo. Actualmente, estos tres artistas son los más reconocidos de Japón. El trabajo de Nara se distingue por su profunda sensibilidad ante un mundo hostil, influenciado por su solitaria niñez, la guerra, y eventos como el terremoto de 2011 que afectó la central nuclear de Fukushima. Estos hechos generan en él sentimientos que necesita expresar a través de la creación artística, permitiéndole, además, posicionarse moralmente frente a ellos.
Esta exposición, que pone de manifiesto como el Arte puede contribuir a hacer del mundo un lugar más habitable, permanecerá hasta Noviembre en el Museo Guggenheim de Bilbao.
Julia María Carvajal
Julia María Carvajal. Es escritora, periodista, editora, crítico de Arte, organizadora y comisaria en exposiciones de Pintura y Escultura. Ha dirigido y editado su propia revista cultural, así como libros, en varios volúmenes de colectivos de Artistas (Pintores y Escultores), y monográficos. Ha colaborado y colabora en crítica de Arte con varias publicaciones, entre ellas la revista Artyco, promovida y patrocinada por el Gobierno y la Universidad de Navarra, Cuenta y Razón, editada por la Fundación Fundes (Madrid), que presidía el filósofo ya desaparecido, D. Julián Marías (en papel), y en las revistas Magazine siglo XXI, Adamar, Minotauro, Lagonzo y Culturamas (digitales). Debido a su trabajo con los artistas plásticos, su nombre figura como autoridad en el Diccionario de Pintores y Escultores españoles.
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