La obra póstuma de Pilar Gómez Bedate: «Un tiempo dulce», Por Agustín Calvo Galán

un tiempo dulce, de Pilar Gómez

Todos los que en este país amamos la lengua y la literatura de Portugal y Brasil tenemos una deuda con Pilar Gómez Bedate y con Ángel Crespo. La labor extraordinaria de Crespo como antólogo y traductor es conocida aunque, seguramente, no ha sido suficientemente reconocida; pero la de quien fuera su mujer, fallecida en el 2017, ha sido mucho menos conocida por el público lector y, por supuesto, mucho menos reconocida en general.

Aún recuerdo la gran impresión que me causó, en mi tierna juventud ochentera, descubrir la antología de Fernando Pessoa realizada por Ángel Crespo y que llevaba el inmejorable título de: El poeta es un fingidor. De Gómez Bedate tuve conocimiento mucho más recientemente, gracias a la publicación en el 2015, por parte de Libros de la Resistencia, de un libro del inclasificable y moderno avant la lettre poeta brasileño Sousândrade, titulado El infierno de Wall Street, en el que se recuperaba un texto escrito al alimón por Pilar y Ángel en 1965 para la Revista de Cultura Brasileña, desde la que ambos dieron a conocer la cultura del gigante sudamericano al público hispano, desarrollando una labor que con el tiempo fructificó en infinidad de traducciones e intercambios culturales transatlánticos.

Viene a cuento recordar todo esto porque la editorial madrileña Polibea, especializada en poesía y narrativa poco convencional, ha editado recientemente Un tiempo dulce, que reúne la narración de diferentes episodios autobiográficos de Pilar Gómez Bedate.

El libro no es una biografía o una autobiografía al uso porque la autora no nos explica su vida o una parte importante de su vida, sino que fundamentalmente se nos relatan diferentes vivencias junto a su marido, Ángel Crespo, que es el verdadero protagonista del libro. Aquí encontraremos anécdotas jugosísimas de sus encuentros con algunos de los escritores brasileños, portugueses y españoles más importantes del siglo XX.

Especial relevancia presenta, en estos relatos de la intrahistoria de la literatura, la relación que establecieron con João Guimarães Rosa en el Río de Janeiro de los años sesenta, y de quien Crespo traduciría su monumental Gran Sertón: Veredas (Grande Sertão: Veredas, 1956). Dicha versión resultó ser todo un reto e iniciaría el acometimiento de otras empresas ambiciosas, como la traducción de la Divina Comedia de Dante. La misma Pilar tradujo a Mallarmé, Boccaccio y Primo Levi al castellano, aunque de esto no nos habla ella en este libro. También realizó estudios y monografías sobre poesía española del siglo XX, sobre los que aquí pasa de puntillas.

Pilar Gómez Bedate (a la izquierda) con Ángel Crespo en Upsala, junto a Regina af Geijerstam (a la derecha). 1973
Pilar Gómez Bedate (a la izquierda) con Ángel Crespo (centro) y Regina af Geijerstam (a la derecha) en Upsala – 1973

Además, de entre las vivencias que nos relata, resultan sumamente reveladoras todas las vicisitudes que tuvieron que pasar o soportar ambos en la España franquista, de la que decidieron marcharse por la asfixia opresora a la que se veían sometidos. Necesario es, sin duda, recordar que en aquel estado de cosas la adhesión al régimen era más que un acto social y político: se convertía en el pasaporte para acceder a cargos, cátedras y demás prebendas.

Ello les empujó a un largo exilio autoimpuesto que les llevó a vivir veinte años en Puerto Rico, justo cuando la isla caribeña estaba creando su propia idiosincrasia universitaria, en la que se integraron; desde allí iniciaron un periplo que les llevó a vivir, durante diferentes temporadas, en Suiza, Holanda, Suecia, Italia, Portugal, etc.

Al fin, con el advenimiento de la democracia en España, ambos volvieron y se reintegraron en la vida universitaria y cultural del país. Sin embargo, tal y como nos relata aquí Pilar, Ángel sentía que su obra como poeta, desarrollada en España fundamentalmente en los oscuros años cincuenta, estaba siendo olvidada. Y es que, por un lado, su gran labor como traductor y antólogo, especialista en Pessoa, ocultaba su propia obra y, por otro, el largo exilio en Puerto Rico le había alejado de las nuevas generaciones poéticas que había ido surgiendo.

Ángel Guinda destaca, en el prólogo a este libro, que Pilar era “faro protector que no hace sombra al mar.” Aquí, evidentemente, el mar es Crespo. Ambos formaron una de esas escasas parejas de intelectuales en las que sus dos componentes brillan con luz propia. De todo ello nos habla Gómez Bedate con una prosa cristalina, vital, bella y amable; porque, en sus propias palabras, “un tiempo dulce el que se vive en este mundo hablando a la vez con los antiguos y los modernos y sintiendo el fluir de la eternidad que atraviesa las horas y las arrastra hacia sus márgenes”.

 

Reseña: Agustín Calvo Galán

Obra: Un tiempo dulce, Pilar Gómez Bedate, Ed. Polibea, 2018

 

 

AGUSTÍN CALVO GALÁN (Barcelona, 1968). Poeta, crítico y narrador. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Barcelona. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía Poemas para el entreacto (2007), A la vendimia en Portugal (2009), GPS (2014), Amar a un extranjero (XI Premio César Simón, 2014), Trazado del natural (2016) y Y habré vivido (2018). En narrativa, ha publicado la novela El violinista de Argelès (2018). Ha realizado numerosas exposiciones de su obra gráfica: fotopoesía, poesía visual, collage, etc. Su poesía visual ha sido recogida en antologías especializadas como Poesía visual española (2007). Parte de su poesía visual se editó en Proyecto desvelos (2012). Colabora habitualmente con artículos y crítica literaria en diferentes medios. Escribe en el blog “Proyecto desvelos“.

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PILAR GÓMEZ BEDATE (Zamora, 1936-Zaragoza, 2017) fue traductora y crítica literaria española. Doctora en Filosofía y Letras, fue catedrática de Literatura Comparada en la Universidad de Puerto Rico, profesora titular de Filología Española en la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona y catedrática de Literatura española en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Su labor como crítica y traductora se centró en el campo de las literaturas románicas, aunque también realizó traducciones de literatura inglesa (Willian Faulkner, Elia Kazan). Durante los años 60 ejerció en Madrid muy activamente la crítica de arte y fue colaboradora de revistas como Ínsula y Cuadernos Hispanoamericanos y secretaria de redacción de la Revista de Cultura Brasileña, dirigida y fundada Ángel Crespo (con el que se casó en 1972). Durante sus años de docencia en la Universidad de Puerto Rico (1967-1988) fundó y dirigió la Revista de Letras de la Facultad de Artes y Ciencias de las Universidad de Puerto Rico. Su participación en congresos y jornadas literarias fue siempre frecuente. Colaboró, desde su inauguración en 1984, en las sesiones de las Jornadas de Poesía de Cuenca (patrocinadas por la Consejería de Educación y Cultura). Ha formado parte del consejo de redacción de la revista Hora de Poesía y del consejo de redacción de la revista Salina. Sus estudios sobre poesía española contemporánea se centran en las relaciones entre lírica, magia y simbolismo en autores como Juan Ramón Jiménez, Ángel Crespo, Manuel Mantero, José Ángel Valente, Carlos Edmundo de Ory o Miguel Labordeta. Entre sus traducciones destacan sus versiones de Mallarmé, Bocaccio y Primo Levi cuya Trilogía de Auschwitz tradujo por primera vez al castellano. Es autora de dos libros de poesía Las peregrinaciones (El Toro de Barro, 1965) y Las aguas del río (Olifante, 2011).

 

Imágenes: La imagen de este artículo en la que aparecen Pilar Gómez, Ángel Crespo y Regina af Geijerstam forma parte del archivo personal de Amador Palacios.

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