Reseña de la novela «Las mil y una amnesias» de Fogui, por Esther Lapeña
Carlos Folgueira, más conocido como «Fogui», siempre ha sido una persona crítica con gran interés por lo social y una enorme pasión por la…
reseña
«Frugálicas variaciones estacionales» de Hebert Abimorad: prólogo de Andrea Arismendi Miraballes
Hebert Abimorad (Montevideo, 1946) es uno de los escritores uruguayos asociados a la diáspora, consecuencia de la última dictadura en su país, que se extendió…
El puente que cruza la luna, de Tess Gallagher, por Enrique Arias Beaskoetxea
Tess Gallagher nació en Port Ángeles, Washington el 21 de julio de 1943. Pasó su infancia en contacto con los bosques, la vida natural…
La roca, de Wallace Stevens, por Enrique Arias Beaskoetxea
Wallace Stevens está considerado, junto con T.S. Eliot, el mejor poeta anglosajón del siglo XX. No es solo uno de los grandes poetas sino…
Emily Brontë, «Poemas», por Enrique Arias Beaskoetxea
Nacida en Thorton, Yorkshire, hija de un padre pastor anglicano austero y pobre pero que siempre les permitió leer, visitar bibliotecas y dedicarse a…
Cielo de hojalata, de Gema Albornoz, por Manuel Guerrero
Madre, cambio el orden del mundo si cada mañana sujetas la cuchara como antes sostenías los segundos. Con «madre» en función apelativa, sabemos…
Paul Éluard: «El amor la poesía», por Enrique Arias Beaskoetxea
El poeta conocido como Paul Éluard (1895 -1952), de nombre propio Eugène Grindel, transitó por el movimiento Dada (con Tristán Tzara) y el surrealista…
La maternidad y otros temas “femeninos” en «El poder del cuerpo. Antología de poesía femenina contemporánea», por María Nieves Pérez
Hasta hace no mucho tiempo, en la construcción de la sociedad, la mujer ha estado siempre asociada a lo que se ha considerado el…
Frontera, de David Bobis, por Matías Escalera Cordero
El secreto de este poemario, en donde David Bobis encuentra, por fin, su voz, tan tenazmente buscada, se concentra en estas dos series que…
«La vida del monstruo» de José Ángel López Jiménez, por Manuel Guerrero Cabrera
«Te saludo, viejo amigo que caminas de puntillas por pasillos imperecederos. […] Déjame abrazarte, pareces cansado, aliviaré un segundo la carga que soportas.» …